sábado, 12 octubre 2024

Bachillerato automático... ¿solución o retroceso?

La eliminación de requisitos para obtener el Bachillerato, se presenta como una solución simplista que atenta contra el enorme esfuerzo que se ha hecho en los últimos años por elevar la calidad y el rigor de las titulaciones que se dan en nuestro país.

26 de junio 2020

El 25 de junio de 2020 la Asociación de Universidades del Perú – ASUP emitió un Comunicado exhortando al gobierno a suspender los requisitos para obtener el grado de bachiller.
    Los argumentos contenidos en el documento son los siguientes:
  • Los problemas que enfrentarán miles de jóvenes en este año para cumplir los requisitos para la obtención del bachillerato tales como el idioma extranjero y el trabajo de investigación
  • Los estudiantes se verán afectados por el subempleo al no poder contar con su Diploma de Bachiller


Analizando cada uno de estos argumentos podemos desprender algunas hipótesis interesantes, por ejemplo:

Frente al primer argumento podríamos decir que a causa del COVID19 los egresados de las distintas carreras en el año 2020, merecen ser graduados con menores exigencias que los egresados de los años anteriores o posteriores ¿por qué? ¿porque sus grados son producto de la pandemia?, ¿eso es académicamente sostenible? Esperemos si esta exhortación prospera, que ello no estigmatice a la promoción 2020 de forma tal que nadie quiera contratar a los que culminaron sus estudios en el presente año.

Frente al segundo argumento, podríamos decir que los integrantes de ASUP (léase todas las universidades del país) consideran que el Diploma de Bachiller es una constancia equivalente a la culminación satisfactoria de estudios de un programa donde el trabajo de investigación y el idioma extranjero no aportan ningún valor agregado. Sería interesante analizar entonces qué implica dotar a alguien de un grado académico y qué diferencia a la universidad de los institutos tecnológicos ¿sólo la cantidad de años que estudian? ¿qué piensa la academia de esto? (claro que la universidad se supone que es la Academia, entonces la pregunta se responde por si sola). Sin embargo, ¿qué piensa al respecto la Academia internacional? ¿Será que en todas partes del mundo se otorgaran grados académicos automáticos a causa de la pandemia?

Este planteamiento nos ha obligado a revisar el Decreto Legislativo 739 emitido en el año 1991 bajo la firma del presidente Alberto Fujimori y curiosamente encontramos en la parte considerativa el siguiente párrafo “Que resulta necesario facilitar a los estudiantes la obtención de sus grados académicos que les permitan acceder a puestos de trabajo en las áreas de su correspondiente profesión”. ¿Encuentra algún parecido?

Los elementos comunes en ambas posturas (la del Decreto legislativo 739 y la de ASUP en tiempos de pandemia) es “facilitar al estudiante la obtención del grado académico para que pueda insertarse en el mercado laboral”. Interesante argumento y loable objetivo, sin embargo, no podemos dejar de recordar que el servicio educativo de acuerdo al artículo 9 de la Ley 28740 Ley General de Educación no tiene como única finalidad contribuir a la realización del estudiante, sino que además debe contribuir al desarrollo sostenible del país. Entonces falta preguntarnos si a la sociedad como colectivo le conviene que se “facilite” a los estudiantes la obtención del grado académico o por el contrario es necesario que se busquen mecanismos alternativos que le permitan lograrlo sin afectar la calidad de su formación académica.

Para los que hemos tenido el privilegio de graduarnos como bachilleres a través de un trabajo de investigación, podemos decir que es un proceso riguroso y arduo que consolida el conocimiento sobre la materia investigada pero también concede la oportunidad para desarrollar habilidades asociadas a la autorregulación, perseverancia, pensamiento crítico y capacidad propositiva. Si se desarrolla en base a líneas de investigación lideradas por la Universidad, dan lugar además a que el estudiante demuestre un compromiso con los problemas de su entorno y consolide inclusive su responsabilidad social y competencia ciudadana.

Se puede ser consiente de las dificultades para aplicar hoy investigaciones con trabajos de campo , pero se pueden poner a disposición bases de datos en línea para que realicen análisis respecto a problemas de actualidad o promover estudios cualitativos asociados a la propia pandemia. Con ellos se capitalizaría la emergencia y se les daría más bien un valor agregado a los egresados del 2020 en vez de “facilitarles” las cosas, como si no fueran capaces de aportar a través de la investigación.

Desde nuestro punto de vista, la eliminación de requisitos se presenta como una solución simplista que atenta contra el enorme esfuerzo que se ha hecho en los últimos años por elevar la calidad y el rigor de las titulaciones que se dan en nuestro país. En reemplazo de ello, desde el GICES nos permitimos exhortar respetuosamente a las universidades peruanas que integran el ASUP a ponerse creativos y buscar modos de graduar a los estudiantes para contribuir a su legitima realización personal y profesional, pero sin reducir el rigor que asegure a la sociedad el contar con profesionales aptos no solo a ejercer una profesión en el campo sino además, abordar los problemas del contexto con capacidad analítica, reflexiva y propositiva, a través de procedimientos rigurosos avalados por la metodología de investigación científica.

Desde el GICES cumplimos con alertar a nuestros lectores sobre las posibles implicancias de esta recomendación y nos mantendremos atentos a los futuros pasos de nuestros legisladores sobre este particular.

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